Como bien sabemos, la luna cumple también con los procesos en nuestro planeta. Es por esto que ahora les comparto esta que es una de las antiguas leyendas mayas, que intenta explicar el porqué de esa forma animal que se adivina de noche si miramos hacia el astro nocturno. Las sombras de los cráteres en la escarpada superficie lunar, según los precolombinos, simulan un conejo en movimiento, saltando.
La vieja leyenda dice:
Kukulkan , el dios grande y bueno, se fue a viajar una vez por el mundo en figura de hombre. Como había caminado todo un día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con hambre. Pero todavía siguió caminando, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los cielos.
Entonces se sentó a la orilla del camino, y estaba allí descansando, cuando vio a un conejito que había salido a cenar.
-¿Qué estás comiendo?, -le preguntó.
-Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco?
–Gracias, pero yo no como zacate.
-¿Qué vas a hacer entonces?
-Morirme tal vez de hambre y sed.
El conejito se acercó a Kukulkán y le dijo: -Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí.
Entonces Kukulkan acarició al conejito y le dijo: - Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.
Lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después lo bajó a la tierra y le dijo: -Ahí tienes tu retrato en luz de luna, para todos los hombres y para todos los tiempos.
Entonces se sentó a la orilla del camino, y estaba allí descansando, cuando vio a un conejito que había salido a cenar.
-¿Qué estás comiendo?, -le preguntó.
-Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco?
–Gracias, pero yo no como zacate.
-¿Qué vas a hacer entonces?
-Morirme tal vez de hambre y sed.
El conejito se acercó a Kukulkán y le dijo: -Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí.
Entonces Kukulkan acarició al conejito y le dijo: - Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.
Lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después lo bajó a la tierra y le dijo: -Ahí tienes tu retrato en luz de luna, para todos los hombres y para todos los tiempos.
Espero que haya sido de su agrado
Un abrazo
Rosa María Baeza Miranda
7 comentarios:
Hermoso relato del conejito en la luna. Mi padre me contaba un cuento sobre ese conejo bastante largo e ingenioso, ignoro si era inventi suyo o si se lo transmitieron sus antepasados de labio a oído como los juglares en su momento.
Saludos
Celia
Querida Celia:
Muchas gracias por tu asidua asistencia a este blog. En cuanto a esta leyenda, efectivamente hay varias versiones y todas ellas son bellisimas!..cierto?
¿Nos podrias compartir esa leyenda que tu escuchaste de niña?.
Muy agradecida te dejo un gran abrazo
Rosa Ma Baeza Miranda
¡Qué bonita leyenda!, cuánta dulzura...
Feliz semana para ti, y enhorabuena por todos tus blogs, de mucha calidad.
Me da mucho gusto haber encontrado este blog, me parece muy interesante, sobre todo porque tiene temas tan hermosos como este. Nada mejor que dar a conocer nuestras leyendas y la historia precolombina.
Petrova entró en mi blog y se lo agradezco. Yo los visistaré muy seguido.
Reciban el saludo de esta paisana.
Con mi cariño: Doña Ku
Hermosa leyenda,y que pases un feliz domingo.
Vaya, eso si que es un retrato! bonita leyenda y me alegra que no se comiera al conejito.
Besos, Dora.
maravillosa la riqueza de la mente humana en diferentes tiempos y lugares. Un motivo mas para sentirnos parte de este gran país, con tnata historia y tradiciones
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